miércoles, 14 de noviembre de 2007

Utopía

¿Para qué sirve la utopía?
Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve la utopía: para caminar.

7 comentarios:

Anita dijo...

Para Gonzalo por entenderme tanto y para Dani por entenderme tan poco.

Besos utópicos!

Anónimo dijo...

Es que la verdad es que los ciclistas se dopan y que matutano tiene el monopolio de las patatillas, deberíamos luchar contra eso

Anónimo dijo...

Hoy me había levantado con buen ánimo.

Efectivamente, había.

------>>> ** ¡¡EEEEEEH!! ¡¡Que esto es una broma!! ** <<<--------

Anónimo dijo...

Ahora en serio: yo vivo en busca de posibles, tú vives en busca de sueños (primera diferencia insalvable). No tengo por qué entenderte si parto de la base de que cada uno sigue su camino y que todos son igualmente loables.

Mis protestas por determinadas injusticias (que tan poco importantes creéis vosotros. Muy bien, no importa, para mí sí lo son: segunda diferencia insalvable) no pasan de eso, de simples protestas, por el simple hecho de que, para mí, lo primero y más importante el mi familia, mis amigos y, en general la gente que me rodea. Por ellos lucho realmente, lucho por cosas que son alcanzables. El resto son rabietas que todos tenemos, aunque sepamos que alcanzarlas es imposibles. Esto último, para mí, es utopía. Tú luchas por ellas, yo no. Cada persona tiene sus prioridades, ¿o es que todos hemos de ser iguales?

Anónimo dijo...

Es magnífico.

Voy a cerrar mi blog. La frustración me corre por las venas como nunca me ha corrido.
No sólo actualizas constantemente, sino que encima con esta calidad.
Cierro mi blog y cierro una amistad.

Besos de traspaso!

Leteo dijo...

Este texto es tan... kantiano:S
Lo siento, me gusta cómo esribes pero es k no soporto a el cabeza cuadrada de Köenisberg (o como se escriba..)

Anónimo dijo...

Extraordinario... Buenísimo. Seamos utópicos -que no ingenuos-. Seamos soñadores, creyendo en nuestros sueños. Si el ser humano es un proyecto, como dijo Heidegger -y ayer nos recordó Amorós-, tenemos la suficiente fuerza para hacer realizable lo imposible. Ser utópico es eso: lanzarse al abismo sin miedo a caer, disfrutando del vuelo. El camino se hace al andar. Y siguiendo al personaje de Baroja; cuando tropezemos, no miremos atrás, levantémonos y sigamos adelante.

Besos!