lunes, 31 de marzo de 2008

"Cada minuto es otra oportunidad de cambiarlo todo", retumba en mis oídos, hace eco en el vacío. Me armo de valor y me pongo a andar, dejo que mis pies me lleven donde sólo ellos saben que quiero ir. Mientras camino, pienso lo tonta que soy y sonrío sin poder aún creermelo. Pero intento convencerme a mi misma: "Sólo vas a mirar", me digo, pero sé que no es verdad. Me paro en seco, retrocedo unos pasos. Tengo miedo, como si retrocediera al ver un abismo. Cierro los ojos y te veo. Vuelvo a avanzar hacia delante de nuevo. En un momento podría haberlo cambiado todo, pero no lo he hecho. Sólo un par de metros mas. Cuando cruce la calle habré llegado. Lejos, difuso, entre el sí y el no, pero te veo. Todo se acelera, todo pasa más deprisa, hasta empiezo a andar mas deprisa. Llego a una puerta, está entreabierta. La empujo. Está fría, pero da igual porque ya te veo. También tu me has visto ya. Vienes caminando hacia aquí. Todo se para. ¿Qué haces aquí?... Yo también me pregunto lo mismo...

Escribir para ti...

Las ideas se revuelven en mi cabeza... Quieren salir, quieren convertirse en palabras, en palabras para ti... Pero la lucidez no llega... No consigo desenredar la realidad de los sueños... Pero mi pluma quiere escribir... Busco sin éxito entre libros y poemas algo que me ayude... No, es imposible... Sólo hay una cosa en mi cabeza... tú... El dolor no se cansa de dormir a mi lado... Pasa el tiempo y tantas cosas cambian... tantas... Pero mis sueños, mis sueños nunca cambian... Y sigo queriendo ese abrazo, sigo buscando esos ojos... Quiero verte, tocarte, hablar y escuchar, dejarme llevar...
Espero cada día poder tener un ratito para olvidarme de todo y dedicártelo sólo a ti... Pero espero y espero y ese ratito tarda demasiado en llegar... Y te echo de menos... Y trato de buscar por cada rincón algo que me recuerde a ti para no sentirte tan lejos... Y mis sueños se vuelven a romper... Ya has moldeado demasiadas veces mi arcilla... Y resulta que no han sido más que reflejos de la luna... Y no debería volver a despertar...

viernes, 14 de marzo de 2008

Cuando me habló, estaba triste;
Me preguntó la causa de mi tristeza.
Mujer, la causa de mi mal siempre es la misma:
Que yo adoro lo bello y tú eres la belleza.
A menudo, yo soy como el Quijote:
Te idealiza dueña de mi locura
Pero no se me olvida nunca que sólo es sueño
La causa de mi mal, ¡ya ves!, es la cordura.

(Ramón Sampedro)

miércoles, 12 de marzo de 2008

No son buenos tiempos para los soñadores...


No son buenos tiempos para los soñadores, no es un buen momento para soñar... "Despierta, despierta"...
Sé que es el momento de dejar de imaginar lo que va a pasar o, mejor dicho, lo que debería pasar... Quiero dejar de ser la princesa de un cuento que nunca termina, dejar de convertirme en rana... Quiero poder ver solamente la realidad, sin adornos propios ni de colores... Pero lo intento y lo intento y soy incapaz... Y vuelvo a pensar: ¿qué tiene de malo ser así?... Y otra vez no encuentro motivos... Y sigo viviendo en el mundo que he creado para mí... Pero sé, en alguna parte de mí sé, que volveré a estrellarme... Una palbra más, una palabra menos y me estrellaré... Y ya no se que es mejor... Si la total pero aburrida seguridad de ver un simple sombrero o la peligrosa magia de ver un elefante dentro de una boa...

Tal vez hoy no necesite ningún principe azul... tal vez el tren se haya ido sin mi... tal vez esta vez vuelva a preguntar a mis sueños... tal vez no...

"You treat life like a picture but it's not a moment that's frozen in time and it's not gonna wait till you make up your mind... at all..." (Rascal Flatts)

domingo, 9 de marzo de 2008

Despedida

Ha llegado el momento, lo sé. No me gustan las despedidas. Pero no puedo irme sin verte. No puedo, sin verte.
¿Lloras? ¿Es una lágrima lo que asoma por tu ojo? ¿Es ese el resultado de recuerdos felices? Los diferentes momentos vividos juntos, disfrutados, se resumen ahora en una lágrima que ya se deshace entre tus labios. ¿Vendrán más? Ninguna que la iguale. Ninguna mas que sepa susurrarme, ninguna en la que se reflejen tantas emociones.
Intento mantenerme fría para convencerme a mí misma de que no te quiero tanto, pero los dos sabemos que finjo. Los dos, que finjo.
El tiempo pasa, me tengo que ir. Un último abrazo. Otra vez me preguntas, si de verdad me tengo que ir. Otra vez te contesto, que nos volveremos a ver. Empiezan a resbalar lágrimas por mis mejillas. Me tengo que ir, te susurro al oído. Me abrazas más fuerte. No me vas a soltar, lo sé. No me lo pongas más difícil, por favor. No ahora. Sabes que no tendré fuerzas para irme. No me pidas que me quede, no lo hagas. Quédate, resuena de repente en mis oídos. ¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho? Cierro los ojos. Respiro por última vez tu olor. Suéltame, ordeno bruscamente. Los dos, que finjo. Con un pequeño empujón me separo de ti y pongo espacio entre los dos. Tus ojos se clavan en los míos por última vez. Las lágrimas siguen recorriendo mi cara sin parar. Silencio. Volveré…

sábado, 8 de marzo de 2008

La princesa y el enano

Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día de su 13 cumpleaños se celebró una gran fiesta a la que acudieron trapecistas, magos, payasos... pero la princesa se aburría. Entonces apareció un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire.
- "Sigue saltando, por favor", dijo la princesa.
Pero el enano estaba muy cansado y necesitaba descansar. La princesa se puso muy triste y se fue a sus aposentos. Al rato, el enano se fue a buscarla convencido de que la princesa se iría a vivir con él al bosque. "Ella no es féliz aquí", pensaba el enano, "Yo la cuidaré y la haré reír siempre." El enano recorrió el palacio buscando la habitación de la princesa pero, al llegar a uno de los salones, vio algo horrible: ante él había un monstruo con ojos torcidos y sanguinolentos, con las manos peludas y los pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que era él mismo reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.
- "Ah, estás ahí, que bien. Baila otra vez para mi, por favor."
Pero el enano estaba tumbado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso.
- "Ya no bailará más para vos, princesa", le dijo.
- "¿Por qué?"
- "Porque se le ha roto el corazón."
Y la princesa contestó:
- "De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio... no tengan corazón."

(Basado en un cuento de Oscar Wilde)

martes, 4 de marzo de 2008

Esta soy yo...


Dicen que duermo poco, que me río poco, que hablo poco… Dicen que me pierdo entre mis sueños, que no sé dónde está mi sitio, que debería poner los pies en la tierra… Dicen que me pierde mi mal genio y que soy un desastre… Dicen, dicen…
Las personas siempre piensan que te conocen… Te evalúan y clasifican, y se sienten seguros demasiado pronto… Su punto de vista se vuelve una realidad muy difícil de cambiar… Entonces se sienten bien y dicen con orgullo que te conocen… Cuando haces algo que no entra en sus planes, significa que te pasa algo “raro”, no contemplan la posibilidad de que, simplemente, no eres como ellos creen…
Llega un momento que te hacen dudar, que ya no sabes quién eres, si tú mismo o lo que ellos ven en ti… Pero después llega otro momento, en el que te das cuenta de que no eres la pieza de ningún puzzle, de que no tienes que ser para nadie que no seas tú…
Y es entonces cuando eres libre… Es entonces cuando empiezas a tomar decisiones verdaderamente tuyas… Y ya no te importa que sea raro o no, que a los demás les guste, que les parezca bien o mal…

Esta soy yo, ni mejor ni peor… Y dicen que soy diferente, rara… Pero lo único que sé es que nadie me conoce porque ni yo misma me entiendo… Y está bien que sea así, está bien ser un caos… Creo… Y me entran ganas de llorar… pero es época de sequía…