domingo, 28 de junio de 2009

Hay miedos que pueden resultar más peligrosos que otros. Hay personas con absoluto pánico escénico que son incapaces de ponerse delante de un amplio número de individuos. Pero, aún así, creo que es más fácil hablar delante de una masa anónima que enfrentarse cara a cara, mirando a los ojos, a una persona, alguien con rostro, con nombre y apellidos.
Cuando tengo la sensación de que he dejado palabras en el tintero, palabras que no han sido pronunciadas, siempre pienso que sólo hay dos motivos por los cuales esto sucede: o, por alguna razón, no he querido hacerlo o no tengo el valor para buscar las palabras. Piensa que ambas necesitan solución.
No sé con cuál de tus personas quedarme: con la que se enfrenta y da la cara o con la que se esconde entre palabras confusas. Tampoco sé qué te lleva a cambiar, a ser una u otra.
Pero creo que, al fin y al cabo, es un acto de cobardía y que, en el fondo, me subestimas.


"Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez." (William Shakespeare)

Ana.

PD. Cuando concluya el silencio (por cierto, es laboral) sabrás de mí.