lunes, 29 de octubre de 2007

Te perdono

Silencio… Oscuridad… Sólo una tenue luz entra por la puerta entreabierta, iluminando su cara. Está dormido. Ella se sienta al borde de la cama, a su lado, despacio. No le quiere despertar. Le mira dulcemente y acaricia su mejilla. Otra vez el monstruo del tiempo le ha ido comiendo las horas. Otra vez no le ha visto amanecer, no le ha dado un beso de ‘buenas noches’. Otro día sin el color de su sonrisa, ni el de su llanto. Ya ni siquiera pide el olor de su felicidad, se conformaría con el de su tristeza. Pero otro día mas sin oler, sin ver, sin oír… sin sentir. Y él no la ha dejado ni un segundo. La sigue cuidando, queriendo… esperando. No le importa hasta cuándo, no lo piensa. La quiere. Ella comienza a derrumbarse, las lágrimas ya recorren sus mejillas. Y llora, en silencio, para no despertarle. Le besa suavemente. Le observa. Le gustaría tumbarse entre sus brazos, pero no puede, rompería su sueño. Acerca su cara a la suya y le susurra al oído:
“Lo siento, mi vida. Lo siento muchísimo. Perdóname.”
Se levanta despacio y camina hasta la puerta de la habitación. Sus ojos se abren y la ven alejarse. “Te perdono”, piensa

No hay comentarios: