martes, 30 de octubre de 2007

Feliz reencuentro

Paso rápido. Fresco de madrugada. Resol del amanecer. Humedad. Ya lo oigo, ya lo veo. Necesito llegar, algo me llama. El caminar se convierte en un ligero trote. Ya queda poco, apenas unos pasos. La piel se me eriza. Ya esta. Respiro profundamente. Dejo que me acaricie los pies. Suave, tierno, delicado. No consigo contener las lágrimas. Sonrío. ‘Te he echado de menos’, susurro. Mi mirada se pierde en su inmensidad. Nadie cerca. Absolutamente desierto hasta donde alcanza mi vista. Sólo él, mi soledad y yo. Bastante. Suficiente. Nada que eche de menos.
Comienzo a caminar lentamente, sin alejarme. No, no dejes de acariciarme. Largo paseo. A su lado, siempre cerca, rozándonos suavemente. El sol ya ilumina todo, me indica que debo marcharme ya. ¡Qué rápido pasa el tiempo a su lado, qué lento lejos de él! Y pensar que estos instantes me alimentan, me ayudan a vivir en la distancia… ‘Volveré, te lo prometo’, pienso. Sé que lo sabes. Me doy media vuelta. Me cuesta dar el primer paso pero avanzo con decisión después. Ya no te siento, no te noto en mi piel. Me paro. ¿Es mi nombre lo que susurras? No llores. Sabes que te pertenezco, que es aquí donde me traerá mi corazón. Contigo, a casa. Una última lágrima. Comienzo a correr.
El mar…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué barbaridad!
¡Qué ritmo de publicación!
Así me gusta. Todos los días dos o tres textos.
Besotes

Anónimo dijo...

Si lo que se buscaba era transmitir ternura y vertiginosidad a partes iguales... mejor no te podía haber quedado.

Tremendo Ana, muy bueno.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Mola, esto de estar con una artista es un lujo!! Pero yo algún día quiero uno que hable de tus sentimientos actuales, aunque no sea digno de tu autoexigencia.

Un beso pequexiña