jueves, 2 de octubre de 2008

Una estrella fugaz cualquiera


Durante muchos años había vagado sin rumbo por el espacio. Tomaba un camino, otro, pero nunca tenía claro cuál ni por qué. Le divertía sorprenderse a sí misma con las decisiones que tomaba.
Un día cualquiera, algo llamó su atención. Allí, lejos, había un puntito azul. No pudo resistirse, y decidió acercarse para verlo mejor. A medida que el puntito fue creciendo, pudo ver que su color marino era intenso y brillante y que este se mezclaba con marrones de tierra y arena. Cuanto más se aproximaba a aquella extraña bola, más le atraía; nunca había visto nada igual. Estuvo observándolo durante un largo rato, pero sentía la necesidad de acercarse y ver cómo era realmente.
Aunque la estrella fugaz lo recordaría para siempre, fue apenas un instante lo que les unió. Un breve espacio de tiempo, bastó para saber que nunca había visto nada tan bello. Estuvo a su lado, lo contempló y escuchó como le susurraba palabras, sonrisas y lloros, luces y colores de todos los aromas.
Hubo momentos que hasta rozó su piel, suave y despacio, pero la estrella se puso tan nerviosa que ni pensó ni supo valorar lo efímero del instante. Ni siquiera supo hacer las preguntas adecuadas.
Pero todo se esfumó. De repente, todo se volvió oscuro de nuevo. Tal vez fuera porque la estrella no supo explicarle lo que significaba para ella, tal vez fue culpa de los dos.
Hoy, una estrella fugaz cualquiera piensa que tal vez pueda volver algún día a ese reino y pasar tiempo con su puntito, mientras se aleja, sin remedio, hacia el incierto infinito del espacio.

7 comentarios:

Jesús V.S. dijo...

Me gusta mucho. Me da la impresión de que esa estrella tiene muchos matices de persona, ¿me equivoco?


:) Un beso.

Loren dijo...

Es de lo mejor que he leido tuyo.
Me ha encantado, está lleno de sensibilidad.
Pienso igual que Chechu, esa estrella y ese puntito tienen muchos rasgos de personas ;-)

Un besazo.

Leteo dijo...

¿No habrás querido decir cometa?
De todas formas, me ha gustado... ¿autobiográfico?

Anónimo dijo...

¿Puedo añadirte algo a la frase del día, el peón y el rey? Es algo más que una frase...

Soy un peón en su juego, no se me puede culpar:/Un peón que en su juego dio jaque a su rey/Con el puño cerrado y sin disparar por la espalda,/Pero no pudo acostumbrarse a dormir/En el recién tomado Palacio de Invierno:/
Demasiada soledad, sin damas, ni reinas;/Demasiada soledad sabiéndote ahogada por la marea/Que no supo enterrar las cadenas.

Soy un peón en su juego cuyo juego se ha esfumado/Como arena entre los dedos: un sueño con nombre y rostro,/Pero amotinado de proa a popa,/Desbocado como un caballo al que no deseaba perder.

Anita dijo...

Cualquier persona es bienvenida a añadir, apuntar, criticar y comentar cualquier cosa. Es de lo que se trata: yo expongo mis ideas, pensamientos y demás cosas imposibles y espero que las personas a las que les interesen mis cavilaciones expongan su opinión.

Por ello...

Gracias!

Anónimo dijo...

Un placer. Gracias por tu vienvenida.

Anónimo dijo...

Bienvenida, digo. Glups, las teclas... tan juntas y tan enemigas esas letras.