jueves, 30 de julio de 2009

27/Julio/2009

No sé cuántas estrellas se ven desde tu lado del mundo. Supongo que muchas, muchas más que aquí. Ni siquiera sé si las miras y no creo que, si lo haces, te acuerdes de mí. Pero hoy, tras un día de lluvia y prisas, el universo me regala este momento.
Descalza, he buscado un pequeño rincón de oscuridad y me he tumbado en la hierba. El cielo, coloreado de noche, está manchado con innumerables puntos brillantes.
Inspiro aire limpio, con calma, llenándome de oscuridad. Y te echo de menos. Pienso en que, tal vez, te gustaría estar aquí, tumbado conmigo, viendo a través de mis ojos y sintiéndote tan pequeño, dejándote inundar por la inmensidad de todo lo demás. Pienso que te enseñaría las constelaciones y te contaría historias pasadas, de qué les llevó allí.
Tanto te pienso que me niego a volver a la realidad, a mirar a mi lado y no encontrarte. No sé si lo que se me escapa es una sonrisa o una lágrima. Lo que sí sé es que la felicidad debe parecerse a esto.

2 comentarios:

xmarilyn dijo...

Ana
lo que decís me llena el alma...y por algún motivo, me motiva.
Me da la pauta y la seguridad de no estar sola en esto, me da una sensación de compañía.
Yo a veces me siento tan segura de que a él le gustaría estar conmigo, "tumbado" a mi lado...
Y hay algo que dijiste que lo he sentido siempre sin ponerlo en palabras (tal vez por no saber cómo): "tanto te pienso que me niego a volver a la realidad, a mirar a mi lado y no encontrarte".
Yo me siento así, como triste pero contenta al fin. Pequeñita pero alta y victoriosa. Pero minúscula de nuevo. Y creo que me entiendo. Vos;
¿por qué es que no sabés si reír o llorar?

xmarilyn dijo...

por algún motivo pienso que te va a gustar esto;
http://soytuaire.labuat.com/