lunes, 10 de noviembre de 2008

Cuando, por “obligación”, tuve que ir a ver una exposición de fotos, me alegré al comprobar que renacía en mí la fascinación por la fotografía que había sentido tiempo atrás. Volví a perderme entre tiempos pasados y presentes, futuros tal vez. Volví a habitar vidas ajenas, a imaginar la historia que se escondía detrás de cada rostro.

Fueron muchas las imágenes que me llamaron la atención, pero sólo hubo una que realmente me conmovió. Estuve largo tiempo intentando desentrañar lo más profundo de su expresión. Esos ojos me cautivaron. Esconden una verdad a la vez tan clara como difusa. El resto del marco pasó prácticamente desapercibido. Peros esa mirada…

Enfrentados al lujo que los rodea, los ojos están tristes. Algo les da miedo, les asusta. Están cansados de mirar, cansados de ver, cansados de ser y de estar. Me da la impresión de que en, cualquier momento, caerá una lágrima. Solitaria conseguirá escapar de la cárcel blanca, del muro que todo lo rodea. Y los ojos serán libres al fin.

5 comentarios:

Jesús V.S. dijo...

Es publicitaria. Me gusta la imagen, esos ojos envueltos en blanco...


Muy buena, asique te gusta la fotografía. Me encanta a mi.

Un beso.

Anónimo dijo...

¿Nostalgia del futuro?

Anita dijo...

Sí.
Sobre todo de saber quién eres...

Un beso!

Anónimo dijo...

Eso no es nostalgia, sino curiosidad... (con los mismos puntos de suspense de 'eres...', y ya sabes que la curiosidad mató al gato).

No me robes el misterio. Pero déjame seguir mirándome en tu espejo. (Timidez muy obvia).

(...)Aquella muchacha / no pedía mi rostro, / ni letras olvidadas, / ni inútil autógrafo.

Decía que con lágrimas / o con sus risas / mis cosas para ella / siempre eran las mismas.
(...)
Me conmovió / su gesto desinteresado: / escribir y verterse / sin pedir a cambio.

Anónimo dijo...

Ah! Yo también te beso!